- ¿Qué hago, aquí? ¿Quedó viuda mi mujer? - se preguntó.
La mujer que de lejos cuando vió que al hombre ya se le había pasado la borrachera, volvió enmascarada y vestida de negro, aproximándose frente a él con un extraño potaje.

- ¿Quién eres? - le preguntó el borracho.
- Soy yo, la que trae la comida a los muertos - contestó la mujer.
El borracho, sintiéndose muerto, volvió a preguntar:
- No me traigas comida, yo lo que quiero me traigas de beber - replicó el borracho.
Y la mujer, golpeándose el pecho, exclamó:
-¡Qué tristeza la mia! Ni siquiera mi treta ha dado efecto sobre tí, marido mío, pues no sólo no te has corregido, sino también que te has agravado, convirtiéndose el vicio que tienes en una segunda naturaleza.
Moraleja de la fábula la Mujer y el Marido Borracho:
Esta fábula nos enseña que nos debemos dejar que los vicios dominen nuestra vida lo cual es muy peligroso. Es necesario pedir a estas personas que están atrapadas con estos terribles vicios que razonen y recapaciten por que no solo se hacen un daño terrible a su salud, sino que hacen sufrir a sus familiares, de lo contrario llevarlos a centros de rehabilitación.
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