Zeus, les repondió su pedido y este, les envió un grueso y grande leño a su charca.
Asustadas las Ranas por tan fuerte ruido que hizo el leño al caer, se escondieron donde mejor pudieron.
Hasta que por fin, viendo que el leño no se movía más, fueron saliendo con un poco de temor a la superficie y dada la quietud que predominaba, empezaron a sentir tan grande desprecio por el nuevo Rey, que saltaba sobre él y se le sentaba encima, burlándose sin descanso.

- ¡Miren que tonto es este rey que no se mueve!
- Es un inútil - gritaban otras ranas
- ¡Queremos otro rey! – decían todas a coro
- Este no puede darnos órdenes - se quejaban
Y así pues las Ranas, sintiéndose humilladas por tener de monarca a un simple madero, volvieron donde Zeus, pidiéndole otra vez que les cambiara al Rey, pues éste era demasiado tranquilo.
Indignado entonces Zeus, les mandó una activa serpiente de agua que, una a una, las atrapó y devoró a todas sin compasión.
Moraleja de la fábula las Ranas pidiendo Rey:
A veces nos equivocamos en elegir a nuestros gobernantes dejándonos llevar por ofrecimientos que una vez en el cargo no se cumplirán. Debemos pensar bien e investigar sus virtudes y valores de nuestro futuro representante. A veces queremos cambios en nuestra sociedad y de no elegir bien a nuestros gobernantes podemos caer en la tiranía y la dictadura que nada bueno hará en nuestra ciudad ó país. Dios a cada pueblo ofrece el gobierno que merece.
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