Mientras él trabajaba martillando los metales su pequeño perro dormía plácidamente en un rincón; pero cuando el herrero dejaba todo para ir a comer, ¡Oh sorpresa! el olor de la comida hacia que el perro se despertara y meneando su cola y saltando pedía a su amo parte de su comida.
Un día su amo se acercó a su mascota que dormía y fingiendo estar tan enojado y golpeándolo suavemente con su palo, le dijo:

-¡Pequeño holgazán! No sé que cosa voy a hacer con usted, mientras yo martilleo en el yunque, usted duerme plácidamente en la estera; y cuando comienzo a comer después de realizar mi trabajo duro, usted se despierta y menea su cola pidiéndome comida.
¿No sabe usted que el trabajo es la fuente de cada bendición y que sólo aquellos que trabajan tienen derecho a comer?
Moraleja de la fábula del herrero y su perro,:
Un fábula que nos deja de moraleja que sin esfuerzo y sin trabajar no podemos esperar una recompensa. La famosa frase quien no trabaja, no come es más clara y precisa. No somos animalitos como la mascota del herrero que dormía y sólo despertaba para comer, somos seres humanos que gracias a nuestro trabajo podremos satisfacer todas nuestras necesidades diarias como alimentación, educación, calidad de vida, vivienda entre otras.
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Excelente moraleja , muy linda gracias
ResponderEliminarque chido es bonito
Eliminares bonita la moraleja me encanta
Eliminarexelente moraleja,que no debemos ser holgazanes
ResponderEliminarMe gustan mucho las fábulas, son se sillas de entender
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